martes, 14 de diciembre de 2010




Los autorretratos también han servido para representar a ciertas comunidades, sociedades o algún tipo de cultura o momento histórico en general, pues las posibilidades que otorgan las artes visuales son numerosas.Un ejemplo de ello es la obra de Cindy Sherman, la cual trabaja con fotografías, repletas de estereotipos, reproduciendo objetos que son, a su vez, reproducciones. Su obra presenta imágenes que reconstruyen lo que ha sido o lo que es la mujer, mostrando claros atisbos eróticos. El objeto de deseo que estudia Freud, y que se vio reflejado en el surrealismo, permite desarrollar una producción en Sherman, en virtud de un problema discursivo. De forma constante, nos hallamos frente a soluciones formales producto de recetas estandarizadas: la fotografía de película y su sugestión anecdótica o la fotografía publicitaria, con su iluminación forzada y su formato impuesto por las necesidades del diseño de página. Además, Sherman se inscribe dentro de este estereotipo, siendo sus autorretratos los que vemos en la obra, proporcionándonos la idea de que ella no se manifiesta como una artista garante de una distancia crítica en relación al mundo que se halla frente a ella, sino que pertenece a él.

Cindy Sherman

martes, 7 de diciembre de 2010



Si recordamos la vieja leyenda de Butades, donde la hija de este alfarero se enamora de un hombre que viajaba al extranjero, y para contener su imagen delinea su sombra proyectada por la luz de una vela en el muro, podemos atribuir a este origen de la pintura del que habla Plinio el Viejo en su texto “Historia Natural”, un sentido que podría tener que ver con el mismo sentido que se le da al origen del autorretrato; la nostalgia. La diferencia es que al origen del autorretrato se le suma un sentido egocéntrico llamado narcisismo. El mito relata cómo Narciso se enamora de su propio reflejo, en su propia imagen reflejada sobre la superficie tranquila del agua de una fuente. Sin embargo, la entrega narcisista al propio yo, guarda en sí misma el hecho de lo no cumplido, pues el retrato sigue siendo una ilusión, existiendo únicamente como imagen sobre la superficie del agua, pero al instante en que una brisa rompa la quietud de ella el rostro reflejado se desvanece, desapareciendo con ello el objeto de amor y quedando presente solo la nostalgia de la imagen.
En este afán por poseer la imagen es que muchos artistas han intentado representarse a sí mismos por medio de diferentes métodos de producción, construyendo su rostro y cuerpo como elementos constitutivos de su ser. Sin embargo, hoy en día este ejercicio se ha ido desplazando a otros territorios gracias a los avances de la tecnología, siendo el autorretrato un género propio de la sociedad y no solamente de los artistas....




El Autorretrato como Constructor del Yo

este todavia no esta terminado, falta la mano en la cadera.... pero me agrada la simpleza, limpieza y tal vez, sutileza que genera la imagen sin fondo.... el personaje adquiere mayor presencia...

Tercero

miércoles, 1 de diciembre de 2010


El segundo dibujo de la serie de retratos.... vamos de a poco.

Avance

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